lunes, 9 de abril de 2012

ORIENTACIÓN A LAS FAMILIAS

En esta entrada iremos dando orientaciones y artículos de interés que nos pueden ayudar a resolver dudas, conflictos o sólo a hacernos reflexionar sobre la importancia que tienen las familias en la educación de los hijos/as.
Comenzaremos con un artículo sobre los deberes.

LOS DEBERES

Los deberes son un recurso que si bien permiten que los/as niños/as puedan finalizar en casa lo que no han podido terminar en el colegio, posibilitando a la vez la iniciación del hábito de estudio, pueden sin embargo resultar una situación que provoque emociones negativas y conflictos en la relación padres-hijos.
Para ayudar a que esta relación sea armónica y que a la vez el niño/a se beneficie de los aspectos positivos de las tareas, se proponen las siguientes orientaciones:

- La primera reunión de padres con el/la tutor/a a comienzos de curso suele ser el momento en que se dan las normas sobre los deberes por lo que es importante asistir a ella.
- Además de asistir a las reuniones es conveniente comunicarse con el/la tutor/a cuando sea necesario y hablar con él/ella de cómo realiza el niño/a los deberes. El maestro/a le puede aconsejar sobre cómo ayudarle,
- En los primeros cursos, preguntar diariamente al niño/a por los deberes, revisar con él o ella  sus cuadernos (aprovechar para felicitarle por su trabajo) y comprobar que tiene los deberes anotados. Conforme el niño/a va adquiriendo autonomía estas comprobaciones pueden espaciarse en el tiempo.
- El lugar de estudio: Una regla básica es no hacerlos delante de la televisión, ya que es una fuente continua de distracciones. Se necesita además un lugar tranquilo, con buena iluminación, materiales de trabajo, etc.
 - Es importante consolidar el hábito de realizar los deberes diariamente. El día que el niño/a no lleve deberes puede dedicar al menos algunos minutos a la lectura, organizarse el cuaderno, buscar información sobre algún tema, etc.
- En relación a cuándo hacer los deberes, no existe una hora más adecuada que otra. Sería preferible llegar a un acuerdo sobre el momento de llevarlos a cabo.
- Ese momento sí debería respetarse y ser el mismo todos los días para favorecer el hábito.
- Si se ha elegido realizarlos después de la cena, habría que tener en cuenta que el tiempo para hacerlos debería permitir media hora de juego y/o actividades relajantes antes de irse a la cama.
- Por lo que respecta a la cantidad de tiempo que debería dedicar a los deberes, depende de la capacidad y actitud de cada niño/a. Pero sobre todo los deberes no deberían suponer una carga excesiva, que ya ha tenido una larga jornada escolar.
- También habría que tener en cuenta el esfuerzo que le suponga al niño. En general, a los niños que presentan dificultades se les debería facilitar más la tarea. Hay que evitar que, además de fracasar en el colegio, tengan "más de lo mismo" al llegar a casa.
- Hay que procurar que, dentro de lo que supone una actividad que puede ser difícil para el niño,/a éste disfrute con la tarea y/o con su consecución o logros alcanzados. Los padres pueden facilitar esto animando. Niños/as con dificultades de atención pueden necesitar periodos breves de descanso y/o juego después de acabar una actividad y antes de iniciar la siguiente.
- Marcar con el niño/a el tiempo máximo que puede estar haciendo los deberes. Es preferible que si algún día ha hecho el remolón, se interrumpa cuando ha acabado el tiempo y que se enfrente al día siguiente con su responsabilidad por no haberlos acabado. De ninguna manera debe plantearse un tira y afloja que ocupe gran parte de la tarde o vida familiar.
- Para aumentar progresivamente el tiempo que el niño/a es capaz de estar con los deberes puede resultar útil el hacer un gráfico con él y que vaya anotando cómo aumentan los minutos de dedicación a la tarea. Establecer algún pequeño premio motivará al niño a mejorar.
- Sería preferible que fueran los dos padres los que se interesaran y/o apoyaran al niño; así aumentará la motivación de éste hacia las tareas.
Cómo ayudar en los deberes
- En cuanto a la ayuda que se le presta, no hay que olvidar que los padres no han de ejercer de profesores sino de padres. Su función sería ayudarles a organizarse, controlar el ambiente, animarles, ayudarles en algún momento más difícil y hacerles ver que si no son capaces de hacer algo pueden recurrir a la ayuda del profesor al día siguiente.
- Si el niño/a necesitara ayuda para organizar los deberes podemos ayudarle a dividirle la tarea en partes. Igualmente ayudarle a planificar el tiempo en momentos de exámenes o en tareas en las que se da un plazo  más o menos largo de entrega.
- En los primeros años el adulto puede estar en el mismo lugar donde el niño/a hace los deberes, aunque haciendo otra cosa, con la idea de ayudarle en algún momento a centrar su atención. Pero con paso del tiempo se le debe dar mayor autonomía.
- No es conveniente darle la solución a las preguntas o problemas planteados; es mejor proponerle preguntas y/o pistas que le acerquen a la respuesta correcta, pero debe ser él/ella el que llegue a la solución.
- En ocasiones, se le puede ayudar algo al inicio de la actividad para dejar que él/ella continúe sólo/a.
- La hora de revisar los deberes es un momento importante para mostrar interés por el niño/a y para resaltarle lo que está bien hecho. Si lo pide podremos corregirle algún aspecto  concreto, pero lo importante es que la tarea esté realizada ya que su corrección sería más adecuado que se realizara al día siguiente en clase.
- Mantener una actitud positiva ante su esfuerzo, resaltando sus logros aunque sean pequeños, elogiando su actitud aunque los resultados no sean totalmente satisfactorios. Estimularemos también su interés y esfuerzo hacia las tareas.
- Si no fuera capaz de hacer los deberes sólo, entonces deberíamos hablar con su tutor/a.
- No criticar el resultado de lo que el niño/a haya hecho, ya que eso perjudicaría la relación y podría desmotivarle. Es mejor centrarse en lo positivo, sin olvidar que es el maestro/a el que tiene que valorar lo realizado y que los deberes no tienen por qué llegar perfectos.
- Si algún día se negara a realizar los deberes hay que ser consistentes en aplicar las consecuencias acordadas previamente con él.
- Recordarle que debe anotar los deberes todos los días.
- Animarle a llamar a algún compañero/a cuando tenga dudas sobre qué deberes hay que llevar al día siguiente.
- Debe disponer de tiempo a lo largo de la tarde para jugar, para el ocio y para la convivencia con padres y hermanos, por lo que como ha indicado, los deberes sólo deben ocupar una parte (pequeña) de la tarde.
- También le ayudamos si somos un modelo de conducta para ellos/as: también los adultos tienen sus tareas en casa, dedican su tiempo a la lectura, etc.

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